martes, 25 de agosto de 2009

Cuando habla el cielo

Que se miren las lunas
Dos lunas que se verán en los cielos
Marte del tamaño lunar
Una luna que será roja, más la de siempre con su cara de conejo

El cielo me habló una noche.
Estaba en Guadalajara. Mi master de reiki.
Un algo perforó la atmósfera. Sólo miré la luz naranja y morada a su alrededor. La luz cayó hacia la tierra.
El objeto al centro de la luz me era incomprensible.
Toda la noche esperé que me confirmaran las noticias, ya de la radio o la televisión. Nadie dijo nada. Ayde, mi maestra, dijo algo así como que la luz había sido mía, para mí.
Para mí... pedacito de carne, egos esparcidos vida tras vida, abusado y abusador...
Quién se habría detenido a enviarme aquella luz que del cielo...
Y cerré mis ojos, avergonzado.

El cielo me habló una madrugada de domingo, apenas hace algunos días.
Espasmo de luz.... lo vemos mi amigo y yo. Y el horizonte se tiñe de color celeste. Pero es de noche. En un segudno amanece y desaparece la luz.
Por el mar salieron las luces.
Esta vez estoy en Lima.
Y ya no me pregunté si aquello era para mí, o para mis egos, o para la ciudad, para...
Para.
Detente.
Detente. Esto lo dijeron hace muchos años....
Y agradezco los lenguajes incomprensibles del cielo
Un regalo
Un milagro.

Veremos dos lunas en el cielo...
Una luna que será roja, más la de siempre con su cara de conejo.
Un regalo
Un milagro.
Lima, de acuerdo, ha dejado las nubes a un lado
El sol brilla ahora
Nos estamos preparando.