martes, 1 de marzo de 2011

Cartas para una niña...

No somos lo mismo. La historia es la espiral que nos sube… prefiero pensar que nos sube… ¿o nos regresa?  Volvemos al principio. La cuenta del tiempo es espiral, de la misma manera que cuando la energía viene bajando, de colores amarillos o dorados o verdes, desde lo alto del cielo… tal vez por esto la pintan como un óvalo encima de la cabeza de los santos, es el principio o el final de la espiral, cuando la luz llegó a ese cuerpo.
No soy lo mismo, este que se despide nada conoce o recuerda muy poco de aquel que se despidió, querida niña, hace 1500 años, hace 1500 horas, o días.
Es cierto que puedes dibujar una vertical sobre la espiral, que esa vertical es este momento en el que te escribo y que se repite innumerables veces, a cada una de las vueltas. Te estoy escribiendo de nuevo.

Cartas para una niña. 1

Ella quiere que le cuente cómo llegué a esta despedida. Si es una larga digestión, si sucedió de repente. Ella quiere saber cómo es que nos vamos despidiendo de las mismas personas, siempre, siempre. Que le diga, me dice. Que si ella habrá de hacer lo mismo…. ¿La primera vez que nos despedimos?