¡Te tengo!
Agitas tu manos en al aire pidiendo que te cargue. Te tengo.
Porque llevamos dos días de visita, ¿sabes? Tu hermana enferma y tú también, han sido el pretexto para que te traigan a la casa de tus abuelos y yo te goce en los pasos que vas dando por toda la casa; inspectora, recolectora que eres mi bella niña. Y voy corriendo detrás de ti. Tomo tu mano, te traigo de regreso y te enojas. Sí, te tengo.