martes, 30 de agosto de 2011

Cartas para una niña...


Y la desnudez adquiere su condición de gracia, se hace sencilla. Y se despoja de la vergüenza, de la culpa.
Me mires o no.
No importa.
Esta desnudez no requiere tus ojos para confirmar su existencia.
Vaga por las calles, si se rompe se reconstruye.
El más puro vacío.
La más pura experiencia.