miércoles, 11 de mayo de 2011

Cartas para una niña...

Estoy llorando amada niña.
Cuando la barranca viene a mí: ya en el sueño, ya en su aura, los ojos se nieblan.
Me conmuevo.
Miro la luz de la barranca y la de sus habitantes: árboles y roedores,  aves, gatos y un sinfín de insectos.
La barranca es en mí, como soy al aire y al polvo.
Como soy a esos que caminan por el puente sobre la barranca, a tus padres y a los míos… como tú y yo somos, amada niña.
Querida Carmen, soy en ti como lo fui en mi abuela… cuando vienes a mí, soy tu aura y tu paso. Tu voz y tu grito… por eso me escuchas gritar contigo, reír y maravillarme.
Dejo de escribir, me han entrado unas ganas profundas de llamarte al teléfono.