martes, 3 de mayo de 2011

Cartas para una niña...

Siva
El danzante, el teñido de azul.
Dios Diosa, principio y fin, intento antiguo de la representación del Todo Lo Que Es.
A ti acudimos cuando las danzas, los temblores y los huracanes.
A ti acudimos cuando lo cotidiano nos gana
Cuando el espacio confortable se convierte en nuestra verdad y rostro. Cuando no hay más a dónde dirigirnos excepto mantener el estatu quo.
A ti te nombro, Padre-Madre, cuando intento el recuerdo del Padre Madre que fui: la verdadera casa.
Guárdame de la vida aburrida y la casa de dos pisos con marido y dos niños, labradores corriendo por los jardines.
Guárdame del “hasta que la muerte nos separe”.
Guárdame de las entregas eternas y pactos de ese tipo.
De las familias y los Karmas y los otros karmas también.
Cuando sea necesario destruir y caer, permíteme que sea hasta esta consicencia en la que vivo; que no necesite caer, de nuevo, a la ceguera del inicio.

Siva se hace el amor a sí mismo. Izquierdo y derecho, derecho e izquierdo que se mezclan hasta confundirse.
Inicia la danza.
Inicio mi danza, me tiño de azul.

domingo, 1 de mayo de 2011

Cartas para una niña...

Kala, Kali, Kala-Kali.
La voraz, la poderosa, La más amada de las esposas de Siva.
Tigre, leona.
En la India le ofrecen los mejores regalos y a veces, hasta las mejores sangres: así se mantiene saciada.
Saciada, de la voracidad y la muerte: danza continua: la invariable destrucción.
Estos son los juegos del hombre. Y algunas tardes, los juegos de la mujer.
Jugamos a saciarlas. Creemos que así detendremos el cambio… cambio es destrucción para nuestras sociedades… así detenemos la separación, la ampliación, la mudanza, el efecto…
Y creemos, entonces las llenamos de regalos, de cheques, casas, nuevos comedores, nuevos hijos…. En vano todo, pues Kali ha despertado…
Y creemos; y en Gaia depositamos las esperanzas y para ella el sacrificio… Kali es el movimiento continuo de la naturaleza, el espíritu libre de Gaia que permite todo en sus superficies y entrañas, nos permite… pero de vez en vez, se acomoda: un tsunami acá, terremoto en Chile, huracán caribeño…
Creemos.
El femenino de Kali es el eterno devenir.
Algunos junios despierta con hambre.
Qué difícil saciarnos en esta sociedad temerosa de cambios