miércoles, 4 de junio de 2008

El Olivar

Alguna vez... parecerían mil años de tiempo, dije a una querida amiga: De manera María, que todo está bien y con esta muerte daré de comer a Los Olivos.

Me refería entonces al Olivar, uno de los más añejos parques de Lima. Más viejo que los mil años de mi muerte; si lo caminas podrías sentir su eternidad, el aroma seco y ácido del olivo.

Yo lo sigo caminando.

Aún cuando me creas muerto.

Cuando me cree muerto.

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