miércoles, 6 de mayo de 2009

10 DE MADRES

Adriana tiene esa cosa con las palabras, un pacto quizás, esa cosa antigua del himeneo donde las mujeres charlan de tú con los dioses... cuando Adriana escribe, las palabras le salen en salpicón y la magia del choclo, zanahoria, papa, carne y cebollas, hacen salivar a los Gastones o Enriques del mundo. A veces Adriana tira en puntada las palabras, un derecho acá y por allá tres reveses, y entones sucede la magia de la bufanda más colorida, deseo de diseñadores y hasta la buscan los compradores de Palacio.
Otras veces Adriana retumba con las palabras de Tierra... Otra mujer dormida que debe dar a luz.
Adriana es eso, una luz, la mía, la tarde que nos conocimos un nueve de febrero de hace algunos años, El fín y el principio. Un ombligo, el de mi mundo.
Y por si aún no adivinas, Adriana se llama mi madre, es mi madre.

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